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EL BERRINCHE… POR QUÉ OCURRE Y COMO MANEJARLO ?

EL BERRINCHE… POR QUÉ OCURRE Y COMO MANEJARLO ?


EL «BERRINCHE» es una manifestación infantil natural que aparece cerca de los 2 años de edad y debería desaparecer antes de los 4 años. No es más que la expresión de la frustración ante el NO como respuesta. Es un estallido emocional desmedido que se detona por cualquier razón, a veces clara y otras no!
Los padres ven con asombro, susto y sorpresa cómo ese niño alegre, simpático y dócil de repente pasa a convertirse en impaciente, provocativo y difícil en su convivencia. Ven con preocupación cómo la vida cotidiana pasa a convertirse en una lucha en la cual el NO del niño se hace presente: NO quiero! NO!
El estallido puede ocurrir por cualquier cosa… en especial cuando los padres tratan de poner límites! Entonces los padres se cuestionan: “será que no sabemos cómo educar a nuestro hijo”, “en qué estamos fallando” e incluso surgen discusiones entre la pareja para poder llegar a ponerse de acuerdo… especialmente si uno es complaciente y el otro es firme en las normas. Ante esto, es muy importante sentarse a conversar inteligentemente y en nombre del amor que ambos sienten por ese tesoro que es el niño, entender que si bien puede parecer más fácil y cómodo complacer al niño y no tener que enfrentar su rabieta, lo correcto es ejercer el rol de padres educadores y manejar la situación. Caer en el grave error de satisfacer los caprichos del niño costará un alto precio a medida que el niño crezca y que sus exigencia sean cada vez mas difíciles de complacer… Cuidado!!!

Algo similar ocurre cuando se enfrenta la autoridad de los padres y el amor consentidor de los abuelos u otros adultos referenciales. El rol de los padres es sagrado, la responsabilidad de crianza es de ellos y aunque genere conflictos esto debe respetarse. Si el niño observa incongruencias entre lo que deciden unos y permiten otros, se confundirá, el berrinche se intensificará y será traumático para todos el proceso.

El berrinche nos enfrenta como adultos con nuestra propia impaciencia e impulsividad, con sus gritos, enfados y malestares; nos hace sentir profundamente culpables y decepcionados cuando perdemos los estribos y no damos la respuesta correcta.
EL BERRINCHE ES NORMAL… y necesario… pero… ocurre en una etapa que se denomina “etapa de oposición” porque en ella se están movilizando una serie de elementos importantes en el desarrollo y la construcción del psiquismo del niño. Es un momento clave en la construcción de su propia identidad, y en ello la rebelión o el ¡No! del niño, verbal o actitudinal, juega un papel importante. Con esa oposición constante y contundente, el niño está probando sus propios límites sobre los padres, está diferenciando su identidad y necesita reafirmar que lo quieren y que importa a los adultos, siendo regulado o delimitado por ellos.
Es normal y muy sano lo que el niño esta manifestando: Es el resultado del desarrollo del concepto de su propia identidad, refleja la conciencia que tienen de sí mismos y del otro, y es su manera de afirmarse como
“personitas”; pero de una manera inconsciente experimenta “qué pasa cuando hago esto“, descubre los cambios puede generar a su alrededor y, sin intención interpreta “el poder que puede llegar a tener”.

En esta etapa surgen sentimientos encontrados: Existe un conflicto entre querer ser mayor, hacer las cosas solo/a… y querer seguir siendo el bebé de papá y mamá. Además de esto, todavía no son capaces de conocer ni controlar sus emociones: no saben qué les ocurre cuando de repente se frustran profundamente y tienen una rabieta, no saben por qué no pueden controlarse y arremeten contra un compañero, hermano o contra algo y no comprenden por qué están bravos!

Esta mezcla de sentimientos ambivalentes (fuertes emociones y deseos que se enfrentan con las normas sociales y de convivencia), evidencian que el niño esta atravesando un momento de gran movilidad emocional: ES POR ESTO QUE NECESITAN UN ADULTO MADURO Y ESTABLE A SU LADO, que papá y mamá se sitúen con firmeza en su papel de adultos para que puedan superar esta inestabilidad emocional sin miedo, sin culpabilidad y sin confusión. Por tanto, el berrinche es la necesidad de afloración de esos conflictos y, aunque desagradable, es preferible a un niño que no lo desarrolle y luego se convierta en muy pasivo, conflictivo o inhibido. Pero CUIDADO: La etapa del berrinche debe superarse, pues si se instaura llegará a ser incluso peligroso.
Hemos de establecer claramente los límites y las normas de convivencia, tener claro que COMO ADULTOS responsables, no vamos a permitir ”que el niño se haga daño a sí mismo, o que haga daño a otros; que nos pegue o grite, que se acueste a la hora que quiera, que coma otro alimento distinto al que se le preparó, que no recoja sus juguetes, que rompa algo o que se acostumbre a negociar la obediencia a su conveniencia”.
Esta comprobado que, adolescentes que cuando eran niños no tuvieron limites, ni hábitos y se les dejó hacer lo que querían o se les complacía para que no molestaran; tienen más conflictos con sus padres durante la adolescencia y no respetan la autoridad de estos. Ellos traducen esa falta de normas de la infancia, como falta de amor por parte de sus padres hacia ellos: “si yo fuera realmente importante para mis padres, se hubieran esforzado más por protegerme y educarme como lo hicieron «los papás de Fulanita o Menganito”. Pueden convertirse en personas con autoestima lastimada o se vuelven insensibles ante los demás e incluso tiranos.
El berrinche evoluciona con la edad, se va haciendo sofisticado: cambia de la pataleta a estar bravo por cualquier motivo, aparecen conductas nuevas para conseguir lo que desea a costa de otros si es necesario, sin sopesar riesgos… es así como de grandes, afloran conductas desafiantes u oposicionistas como fumar, juntarse con malas compañías, beber alcohol/drogas e incluso recurrir a intentos de suicidio… “lo que sea necesario para llamar la atención de los demás y conseguir que me complazcan!”.
POR QUÉ OCURRE EL BERRINCHE? El niño hace un berrinche para dos propósitos:
 Conseguir algo que desea. Por lo que si cedemos le demostramos que puede tener todo lo que desea
 Experimentar el efecto que sus conductas pueden producir en los adultos de su entorno, reafirmando su
influencia sobre los demás y su importancia. Por lo que si cedemos lo enseñaremos a llamar la atención de la manera equivocada.

CONSENTIR CUALQUIERA DE ESTAS DOS SITUACIONES, es darle una imagen equivocada a nuestro niño de lo que es el mundo real, y por consiguiente es NO prepararlo para vivir una vida feliz… Consecuencia: Un adulto inconforme que cree que todos deben darle lo que desea y adaptarse a lo que él piensa o a cómo actúa.
Nuestros niños necesitan saber que los queremos y que nos importan pero también necesitan aprender a manejar y aceptar un NO, sin explicaciones ni justificaciones.

LO PELIGROSO DEL BERRINCHE: El adolescente, el adulto y el anciano berrinchero.

El berrinche evoluciona con la edad, haciéndose más intenso y más sofisticada su manifestación… pasando de la típica pataleta de bebé… a los intentos de suicidio en los adolescentes… o las manipulaciones con decisiones impulsivas en los adultos. POR ESO DEBE MIRARSE AL TEMA DEL BERRINCHE CON RESPETO Y SERIEDAD.

CÓMO SE MANIFIESTA EL BERRINCHE?
Generalmente lo relacionamos con la típica pataleta que se acompaña con gritos o llanto, movimientos corporales (halar, patear, golpear, lanzar objetos), lanzarse en el piso; pero va mucho mas allá, dependiendo de la atención que se le preste al mismo!! Y de la edad del autor del berrinche…

OTRAS MANIFESTACIONES DEL BERRINCHE SON:
 El niño/a que se niega a comer, los que se auto-inducen el vómito o somatizan dolores de estómago.
 El niño que controla su respiración llegando a paralizarla o los “pasmos”.
 El adolescente que amenaza con consumir drogas o alcohol, tener sexo sin control, dejar de estudiar o juntarse con quien no debe.
 El adulto que amenaza con el divorcio, con renunciar al trabajo o irse de la casa.
 La suegra que manipula al hijo/a diciéndole que “ya tu no me quieres” y se enferma para que le presten atención.
 El adulto que por todo se molesta, estalla, dice lo que le provoca o da un portazo… y después actúa como si nada, sin percatarse que constantemente está hiriendo a los que le rodean.
 El anciano que se hace casi imposible de ayudar y nadie quiere atender.

Y SI ES TAN MALO… POR QUÉ PERMITIMOS QUE SE INSTALE EL BERRINCHE?
Porque es más fácil ceder ante el berrinche, para que el niño se silencie, o nos deje hacer lo que estamos haciendo o para evitar la pena que estamos pasando en ese momento en medio de la calle, o para complacer a los abuelos que nos exigen que le demos al niño lo que nos pide “porque es chiquito y no sabe…”
Ceder ante el berrinche es permitir que se instale una conducta de respuesta inadecuada ante la frustración y es darle un entrenamiento de reforzamiento e intensidad, llegando a verse manifestaciones casi patológicas! Ejemplo de ello son los niños con ataques de “pasmo” que tanto mortifican a los padres.
El papel de los padres es aceptar el berrinche como parte importante del proceso de desarrollo de su hijo, pero trabajar para que sea superado. Aprender esto (auto-control) y a convivir con los propios conflictos en algunos casos puede llevarse su tiempo y puede llegar a ser tormentoso si no se asume la actitud adecuada.

El berrinche es un estallido desmedido que luego que pasa, deja en el niño un sentido de culpa y arrepentimiento… pero como no conoce otra estrategia que le de resultado, vuelve a usarlo. Por ello, NUNCA se le debe “pleitear”, gritar o pegar al niño por el berrinche!!! Dado que esto sumaría mayor frustración y confusión, reforzando la expresión de las emociones descontroladas.

En el caso de los padres, el escándalo del niño o su testarudez puede alterarlos hasta hacerlos sentirse desesperados, diciendo cosas fuertes al niño o reprendiéndolo mas allá de lo tolerable, llegando incluso a golpearlo con fuerza desmedida; lo cual luego trae un sentimiento de frustración, culpa y arrepentimiento también por parte de los padres.
Durante el berrinche, el adulto que se desespera y se “engancha” con el niño, lo sanciona o castiga pero no con el objetivo de educarle, sino buscando drenar su desesperación ante la conducta del niño que no puede controlar, tratando de demostrarle a los demás que “un niño no va a poder con él” y se llena de rabia al sentirse frustrado como padre; entonces recurre al uso de la fuerza física de gente adulta sobre el cuerpo del niño, o a la agresión verbal con expresiones muy dañinas que en realidad no siente (“no te soporto”, “eres feo, no te quiero”) u ofreciendo acciones que no puede cumplir y que deterioran su figura de autoridad (“me voy a ir y te voy a dejar solo aquí”, “te va a llevar el policía”, “voy a llamar al loco para que te agarre”, “ahí viene el doctor con la puya”).
Así como la etapa del berrinche aparece naturalmente, también así de naturalmente debería desaparecer. Los padres dicen: “el/ella nunca había hecho eso! Seguro que lo aprendió en el colegio” y no necesariamente es así… los niños sanos crecen físicamente pero también psicológicamente, y explorar cómo manipular a los demás es parte de ese “crecimiento”; así que pueden ocurrírseles distintas maneras de actuar para experimentar los resultados de esas acciones y es allí donde la reacción de los adultos va a determinar que se superen los berrinches o que se instauren.
Entonces: Qué hacer? La clave es: IGNORAR LA CONDUCTA, pero NO AL NIÑO!! Durante el berrinche debe cuidarse la integridad física del niño… evitando que se haga daño. Si se va a lanzar para atrás, por ejemplo, se coloca la mano o la pierna para impedir que golpee su cabeza contra la pared, pero se le deja lanzarse! Y el adulto no debe hacer comentarios (mantenerse callado y saber ignorar las conductas inadecuadas es la parte difícil!)

En proxima entrega, abordaremos COMO MANEJAR LOS BERRINCHES Y OTROS ASPECTOS DE SUMA IMPORTANCIA DE ESTE INTERESANTE TEMA.

Lic. María Virginia Ortega.

Docente especialista en TEA, TDA/H y otros trastornos del neurodesarrollo; psicopedagogía, inclusión social/escolar, formación de maestros y padres.
Asesoría y Capacitación Educativa
C.E.I CAYAURIMA – Preescolar y Maternal Mi Jirafa – Dpto. Atención Psicoeducativa
Puerto La Cruz, Anzoátegui – Venezuela – Tlfs: (+58)416.0397245 – tareasmijiafa@gmail.com – @maríajirafa.