Cuando a una persona le diagnostican una falla renal, quiere decir que sus riñones no están trabajando bien; la función mas importante de los riñones es filtrar o limpiar la sangre de sustancias tóxicas (urea, creatinina, potasio…) provenientes de alimentos y bebidas que se ingieren. Si una persona tiene una falla renal, estos productos de desecho y electrolitos se acumulan en la sangre, intoxicando y dañando el organismo. En ocasiones, un daño leve puede progresar a una falla renal severa; sin embargo si la persona es diagnosticada a tiempo, sigue el tratamiento médico y cuidadosamente mantiene una nutrición especial, puede ser capaz de detener el proceso del daño renal.
Una dieta especial puede reducir y controlar la acumulación en sangre de estos productos de desechos y disminuir la sobrecarga renal; también puede ayudar a enlentecer la pérdida de la función renal. El principal objetivo es mantener y/o recuperar un óptimo estado nutricional y fomentar un bienestar general; es aconsejable que la persona que desee una evaluación nutricional se realice un examen físico y de laboratorio previo, a fin de determinar su grado de funcionalismo renal, y a su vez, el régimen de alimentación debe ser monitoreado por un Especialista en Nutrición Clínica. En general, la dieta usada para estados tempranos de enfermedad renal, son adecuadas en calorías para mantener un peso saludable, controlan la ingesta de proteína para evitar la sobrecarga renal, ya que su consumo está asociado a la producción de “urea”, la cual se acumula en sangre cuando el riñón comienza a perder su función.
Es conveniente que la persona controle la cantidad de proteína al mínimo requerido para mantener las funciones vitales, respetando las cantidades indicadas, especialmente de aquellos alimentos de origen animal (Ej. leche, pollo, quesos, pescados y huevos). Los riñones no son capaces de remover el exceso de fósforo y potasio en la sangre. Altos niveles de fósforo pueden causar pérdida de calcio en los huesos, riesgo a adquirir enfermedades óseas y fracturas; altos niveles de potasio afectan la regularidad del ritmo del corazón. Es necesario limitar la cantidad de sodio en la dieta para mantener una adecuada presión arterial y el equilibrio de líquidos en su organismo, controlando su peso seco.
La insuficiente ingesta energética, por inadecuados cambios en la alimentación, restricciones y falta de apetito, generan debilidad, fatiga y pérdida de peso. El Nutricionista Clínico puede elaborar un plan de comidas que asegure un adecuado consumo de calorías y nutrientes, además de lineamientos dietéticos en relación con esta enfermedad y otras complicaciones (Hipertensión Arterial, Dislipidemia, Diabetes Mellitus, Desnutrición u Obesidad). Dentro de lo anterior, es muy importante realizar tres comidas principales en horarios regulares y varias meriendas.
En cuanto a los suplementos nutricionales, vitaminas y minerales, algunos pueden ser dañinos (Ej. Vitamina A) para la función renal, en cambio otros son beneficiosos (Ej. ácido fólico, L-Carnitina en solución vía oral). Por otra parte, sí la diálisis o transplante renal es requerida, es preciso cambiar y ajustar la dieta. Recordemos que cada ser humano es único y amerita un plan nutricional personalizado, adecuado a sus diagnósticos, factores de índole personal (Ej. sexo, edad, peso razonable, preferencias alimentarias) y tratamiento médico (Ej. en diálisis aumenta el requerimiento proteico) Por ello es importante el manejo interdisciplinario Nutrologo-Nutricionista.
Es importante dar a conocer o enseñar que existen enfermedades o alteraciones en los diferentes órganos y sistemas de nuestro cuerpo relacionadas con excesos o déficit de nutrientes, y que su tratamiento (o Intervención Nutricional) no se debe confundir con aquella que se brinda en el área estética. Es de hacer notar que existen patologías medicas asociadas con el área nutricional (Anemia, Gastritis, Hiperuricemia, Patología Renal, Biliar, etc.) así como aquellas consecuentes a intervenciones quirúrgicas que ameritan de una adecuada asesoría y educación nutricional en lo concerniente al entender a la alimentación no como un evento social sino como una forma de tratamiento para lo cual fue enfocada mi formación profesional, todo ello siempre guardando el debido respeto y estableciendo limites con otro profesional del área de la salud con el cual se debe trabajar de forma paralela, el Licenciado(a) en Nutrición. Este recurso humano de vital importancia en el manejo nutricional de pacientes, permite el manejo individualizado respecto a la alimentación a recibir pues es quien se encarga de dar forma a las sugerencias calórico-proteicas (energéticas), con criterio netamente clínico, generadas de la evaluación médica. A su vez, el licenciado(a) en Nutrición y Dietética recomendará y/o sugerirá, según sus conocimientos de composición de nutrientes de los diferentes alimentos, cuál de ellos conformarán el plan de alimentación estructurado. Así, de esta manera se unen esfuerzos para lograr la adecuada nutrición de nuestros pacientes.
Gerardo José Velásquez Guevara – /Nutriologo Clínico
C.I. V – 11.537.157 MSDS – 55882 CMNE – 1871